Caso 3AC, Voyager Digital y Alameda Research ¡Ponemos en orden la maraña!
El uso, manejo, y resguardo de criptomonedas parece estar convirtiéndose en un deporte de alto riesgo
“Una bola de nieve arrastrando todo a su paso”, o “la caída de las fichas de dominó en cadena”. Hay muchas metáforas para catalogar lo ocurrido. Lo cierto es que el riesgo sistémico ocasionado por la bancarrota de Three Arrows Capital (3AC) fue un “disparador”, que generó la fractura de Voyager Digital.
Sin embargo, esta caída también tuvo su propio posible disparador que se remonta a Do Kwon y la estrepitosa caída de sus stablecoin (TerraSD -UST- y LUNA).
Este escenario deja en manifiesto, una vez más, la fragilidad del sistema criptográfico, en donde la inversión de los usuarios en diferentes plataformas está sujeto a grandes peligros. Y en el que incluso, se podría decir que, su dinero “no es su dinero” hasta que tenga sus claves privadas en mano.
El uso, manejo y resguardo de criptomonedas parece estar convirtiéndose en un deporte de alto riesgo, en donde la “descentralización” parece volverse borrosa, puesto a que las conexiones entre plataformas al final actúan como un sistema entrelazado, o más bien, enrevesado.
“Entonces, 3AC le debe a la Voyager unos 100 millones, quebró. FTX/Alameda le da a 3AC $100 millones, pero no los ahorró. Alameda invierte en Voyager, luego toma un préstamo de $377 millones de Voyager… ok… V quebró. ¿FTX no los “rescató” ni devolvió el dinero? ¿difícil de seguir?”, el CEO de Binace, Changpeng Zhao, planteó lo que parecía ser un trabalenguas a través de un tuit vía @cz_binance.
Y no es para menos, si es complicado para los grandes actores del mercado criptográfico, lo es aún más para el resto de los “mortales” de la criptocomunidad, es por esto que aquí en Criptomonedas.eu te lo explicamos.
Capítulo 3AC
Three Arrows Capital, con sede en Singapur, era considerado uno de los criptofondos de cobertura más importantes del ecosistema. Un gigante fundado en 2012 que había demostrado grandes habilidades en el manejo cripto. Algunos incluso los consideraban “dioses” o “comerciantes épicos”.
Sin embargo, el 29 de junio, un tribunal de las Islas Vírgenes Británicas ordenó la liquidación de 3AC. Eso significaba que la firma debía cesar todas las operaciones y permitir que el tribunal supervisara la venta de sus activos, para compensar lo que le debía a los acreedores.
El mega fondo se declaró en bancarrota el viernes 1 de julio. Esto bajo el capítulo 15 de quiebras de EEUU, que prohíbe que los acreedores se apoderen de los activos de una empresa.
Hay que recordar que cuando el valor de la moneda estable algorítmica UST de Do Kwon se desintegró, 3AC perdió alrededor de $200 millones.
El fondo, dirigido por los exoperadores de Credit Suisse Zhu Su y Kyle Davies, tenía alrededor de $10.000 millones en activos bajo administración en el mes de abril. Esto según la firma de análisis de blockchain, Nansen.
Sin embargo, la petición de bancarrota presentada por 3AC afirma que solo se mantuvieron $3.000 millones a esa fecha.
Además, el regulador financiero de Singapur acusó al fondo en quiebra de superar su umbral de activos y proporcionar información falsa. Finalmente, 3AC habría “omitido” declarar el cambio de acciones de sus dos fundadores en la empresa.
Para este 11 de julio el drama solo empeoraba.
3AC inició voluntariamente el procedimiento de insolvencia, pero todo indica que se ha negado a cooperar con el proceso.
Según los abogados de varios acreedores, las oficinas de 3AC ubicadas en Singapur se encontraron completamente abandonadas.
Los liquidadores están muy preocupados de que 3AC pueda «disponer» de sus activos fuera del procedimiento de insolvencia.
Esto, tomando en cuenta que la mayoría de los fondos en poder de 3AC están en forma de criptomonedas, tokens no fungibles (NFT) o efectivo, lo que los hace muy fácilmente transferibles. Algunos NFT ya se han enviado a otras billeteras sin razón aparente.
Por si fuera poco, durante una videoconferencia entre dichos abogados y los dos fundadores, estos últimos solo habrían hecho acto de presencia, ocupándose de cortar sus canales de audio y video dejando hablar a sus representantes.
Este 12 de julio se esperaba una audiencia, los abogados de los demandantes pidieron a Kyle Davis y Su Zhu que enumeraran los activos en poder de la empresa, tanto activos digitales como cuentas bancarias o valores.
Finalmente, el mismo día, el cofundador de Three Arrows Capital (3AC), Su Zhu, rompió un mes de silencio y publicó en Twitter capturas de pantalla de un correo electrónico reciente de Advocatus Legal LLP, el bufete de abogados que actúa en nombre de 3AC.
Acusan a Russell Crumpler y Christopher Farmer, quienes fueron designados por un tribunal de las Islas Vírgenes Británicas, para servir como liquidadores de 3AC, de “provocar” tanto a Su, como a Kyle Davies, el otro cofundador del fondo.
“Lamentablemente, nuestra buena fe para cooperar con los liquidadores se encontró con hostigamiento. Espero que hayan ejercido buena fe con las garantías del token de StarkWare”, manifestó @zhusu.
Además, se informó que Su y Davies no procederán con el encuentro programado con los liquidadores para el día de ayer.
Se acusa a los liquidadores de no ejercer una oferta de compra de tokens de StarkWare acordada. Lo que, según su criterio, ha causado que 3AC pierda un valor sustancial.
Capítulo Voyager Digital
El 27 de junio, previamente al anuncio fatal de 3AC, Voyager Digital LTD, a través de su subsidiaria Voyager Digital LLC, emitió un aviso de incumplimiento a Three Arrows Capital por no realizar los pagos requeridos en su préstamo previamente revelado de 15,250 BTC y $350 millones de USDC (650 millones de dólares).
Antes de eso, el 22 de junio, se dio a conocer que la firma solicitó apoyo a Alameda Research, empresa fundada por Sam Bankman-Fried (FTX), a la cual pidió un préstamo por 15.000 BTC (USD $500 millones) para cubrir las pérdidas que supuso la inversión atrapada en Three Arrows Capital.
El 1ro de Julio, Voyager anunció que suspendería temporalmente el comercio, los depósitos, los retiros y las recompensas de lealtad.
El 5 de julio, la plataforma -fundada en 2018- se declaró en bancarrota bajo el Capítulo 11 de la ley de quiebras de NY.
Voyager tiene tres entidades comerciales, Voyager Digital Holdings, Voyager Digital LLC y Voyager Digital Ltd, que buscan protección a través de la presentación realizada en el distrito sur del tribunal de quiebras de Nueva York.
Voyager Digital confirmó que tiene 1.300 millones de dólares en criptodivisas y el número estimado de acreedores supera los 100.000.
El 6 de julio, la Bolsa de Valores de Toronto (TSX) suspendió la cotización de las acciones de Voyager (TSE: VOYG) en alrededor de $0,27, una caída del 98% en lo que va del año.
El 8 de julio, Voyager anunció que se retiraría voluntariamente sus acciones de la Bolsa de Valores de Toronto (TSX). El comercio también se detuvo en los mercados OTC de EEUU.
¿Qué papel juega Alameda Research Ltd?
Ahora, en la página 13 de la declaración de quiebra de Voyager, se mostró que Alameda Research le debe a Voyager $377 millones a una tasa de interés del uno al cinco por ciento. El saldo pendiente incluye un préstamo no garantizado de $75 millones.
Es decir, Alameda, que los “rescató” con $500 millones, destaca como el segundo mayor prestatario de Voyager después de la insolvente Three Arrows Capital.
Pero la situación es algo más enrevesada. Alameda no solo mantiene una relación de prestatario y prestamista con Voyager, también es accionista.
Alameda y su brazo de riesgo, Alameda Ventures, fueron los principales accionistas individuales de Voyager con el 11,6% de todas las acciones en circulación. Esto según un comunicado de prensa que data del 17 de junio, para la fecha Voyager cotizaba por encima del dólar.
Resultó que, el 23 de junio, Alameda anunció -en otro comunicado- que había entregado, o devuelto a cambio de nada, 4,5 millones de sus acciones. Esas acciones valían $2,6 millones en ese momento y VYGVF cotizaba a $0,56 por acción.
Llama la atención que esta cesión de acciones de Alameda llevó su participación en la empresa al 9,49%, justo por debajo del umbral del 10%, fuera del rango “privilegiado”.
En resumen, Alameda prestó a Voyager 75 millones en monedas estables bajo una línea de crédito que incluía 200 millones de dólares en efectivo y USDCoin y 15.000 bitcoins.
Pero, en la práctica, la línea de crédito ascendía a 485 millones de dólares, aunque los problemas de liquidez ahogaron tiempo atrás a Voyager, antes de cumplir el plazo para otro tramo del préstamo.
Por otra parte, FTX (de Bankman-Fried) recientemente extendió una línea de crédito renovable de $250 millones a otra empresa expuesta a 3AC, BlockFi.
El 7 de julio, Alameda Research publicó un tuit en el que estarían “felices de devolver el préstamo de Voyager y recuperar su garantía, siempre que funcionara para Voyager”.
Este tuiter hizo explotar las redes, a algunos les resultó un poco insólito que Voyager cobrara una deuda cuando no pudiera dar las garantías correspondientes de su propia deuda a Alameda y de las acciones.
Otros, consideraron que Alameda estaba teniendo una actitud pasivo-agresiva, y hasta debatieron que la cuenta que posteó el Tuit debía ser una cuenta falsa.
“Bueno, esto solo plantea la siguiente pregunta… ¿Cuál es la garantía en poder de Voyager que estarían obligados a regresar para recuperar el 375M??? ¿Me arriesgaré y asumiré bitcoin y/o cripto? Si es así, eso es arriesgado porque ahora el capítulo 11 impediría esto”, opinó el usuario @ScoopandScore17.
“El problema es el archivo Voyager para Chp 11, lo que significa que no paga a sus acreedores, incluido el minorista. Pero está reclamando está radicando para sacar a sus deudores que es ALAMEDA. FTX presta a Voyager, Alameda toma prestado sobre esa garantía de FTX, VOYAGER incumple pero quiere que ALAMEDA pague pero no devuelva FTX”, @1_9_2_0_.
Voyager y los reguladores
El 8 de julio los reguladores de valores en Texas y Alabama anunciaron que estaban ampliando sus investigaciones sobre Voyager, tras la aparición de nueva información, luego del colapso de la bolsa.
“Lo que estamos viendo ahora es que es posible que muchas de estas empresas de criptopréstamos no hayan revelado completamente lo que estaban haciendo en la parte trasera con el dinero de los inversores”, dijo Joe Rotunda, director de cumplimiento de la Junta de Valores del Estado de Texas.
Por su parte, La Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) también inició una investigación sobre la criptoempresa en quiebra Voyager Digital, por supuestamente engañar a los usuarios.
La criptoempresa con sede en Toronto, supuestamente comercializó con todos los depositantes de la empresa que estaban cubiertos por el seguro de la FDIC, a través de su asociación con Metropolitan Commercial Bank, el socio bancario de Voyager.
En términos simples, es posible que haya vendido Voyager como asegurado por la FDIC.
El portavoz de la FDIC confirmó a Bloomberg que solo el Metropolitan Commercial Bank está asegurado, no Voyager.
Y, de hecho, en una publicación de blog que data de diciembre de 2019, Voyager explicó que el seguro de la FDIC cubre tanto la quiebra de Voyager como la de su socio bancario, aunque dicha redacción fue modificada en pasado 8 de julio.
Ahora Voyager manifestó que tiene la intención de pagar a los usuarios con una combinación de las criptomonedas que depositaron, acciones en la empresa reestructurada, tokens de Voyager y dinero recuperado del fondo en quiebra Three Arrows Capital, radicado en las Islas Vírgenes, según muestran los documentos judiciales.
“Los números exactos dependerán de lo que suceda en el proceso de reestructuración y la recuperación de los activos de Three Arrows Capital (3AC). El plan está sujeto a cambios, negociación con los clientes y, en última instancia, una votación […] Elaboramos un plan de reestructuración que preservaría los activos de los clientes y brindaría la mejor oportunidad para maximizar el valor”, indicaron en comunicado.
Otra opción que estaría contemplando Voyager es establecer de forma objetiva su valoración como empresa y ponerse a la venta, algo similar a lo que habría pasado con BlockFi, la cual fue adquirida por FTX en tiempos recientes.
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